¿Cómo es posible que Jesús se haya llevado todos nuestros pecados en la Cruz, pero seguimos pecando? ¿Por qué, si la profecía se Isaías decía que Jesús se llevaría todas nuestras culpas y dolencias, en la cruz, seguimos teniendo enfermedad y opresión? Eso es porque existe una tensión en las Escrituras, el llamado ”Ya, pero todavía no”.
En las profecías del Antiguo Testamento se habla de que vendría el Mesías a rescatar a su pueblo, a reconciliar a los pecadores con el Dios Santo, pero no se entendió, o no fue tan explicito, que eso ocurriría en ”2 partes”. Los contemporáneos de Jesús se entristecieron al ver al Mesías morir, sin haberlos liberado de la opresión de Roma, y sin haber llegado aún el gran Shalom que esperaban de aquél Rey que vendría del linaje de David. Vieron muchos milagros, sanidades, liberaciones demoniacas, incluso a Jesús resucitado pero, finalmente, Jesús se fue y no ocurrió lo que esperaban.
La Teología del Reino enseña que Jesús vino a restaurar el Reino de Dios. Jesús efectívamente vino a deshacer las obras de Satanás, muriendo en la Cruz y luego venciendo a la muerte al resusitar. Luego se le dio todo el poder a Jesús, tanto en la tierra como en el cielo, y entonces Él empoderó a los hijos de Dios (incluidos nosotros), enviando al Espíritu Santo, y dejándonos la misión de buscar su Reino y su justicia. Dios espera que liberemos a los oprimidos y esclavizados por Satanás, que les mostremos la maravillosa noticia de que pueden reconciliarse con Dios y liberarse de las huestes del mal… Pero esto aún no concluye, es la gran lucha que tiene el pueblo de Dios.
Sin embargo no es hasta la segunda venida de Jesús, en que Satanás y la Muerte serán echados al Lago de fuego, cuando comenzará el Nuevo Cielo y Nueva Tierra: La eternidad de los hijos de Dios junto a Dios, sin pecado, sin enfermedad y sin muerte.
Hoy podemos ver “adelantos” del cielo en la tierra, por medio de lo que el Espíritu Santo hace con nosotros. Vemos sanidades, liberaciones y gente victoriosa frente al pecado. También podemos ver a quienes antes negaban a Dios, ahora adorarle y declararlo Señor de sus vidas. Pero al mismo tiempo vemos fracasos ante el pecado, vemos personas que no sanan con la oración, ni con la medicina, y vemos muerte.
Estamos en una fuerte tensión donde el Reino de Dios irrumpió en nuestra era, en el presente siglo malo, pero será completo sólo cuando Cristo vuelva y comience el siglo venidero. En este tiempo estamos siendo santificados día a día, pero que sólo estaremos completos el “día de Jesucristo”. Estamos viviendo la tensión del ya, pero todavía no.
¿Qué hacemos con esto? Vivimos con la fe, el poder, y la osadía de que estamos en el Ya, luchando contra las obras de Satanás, siendo vencedores en Cristo. Pero somos humildes en entender que no siempre saldrá bien y que es parte de la soberanía de nuestro Dios. Él es paciente, y no retarda su venida, sino que está esperando porque quiere que más personas se arrepientan y se vuelvan a Él. Nosotros debemos alcanzarlos y hacer discipulos, y entonces Jesús vendrá.